Salario mínimo en Uruguay: De los impuestos a lo que realmente llega a bolsillo

El debate en torno al salario mínimo en Uruguay no es ajeno a la discusión sobre la calidad de vida y el poder adquisitivo. Este es un tema de especial interés para la comunidad venezolana que ha llegado a Uruguay en busca de estabilidad. Tras más de una década de experiencia en la región, es posible ofrecer una mirada profunda sobre cómo los impuestos y descuentos afectan el ingreso real de quienes cobran el salario mínimo.

Desglose del salario mínimo

Cifra nominal y contexto
A partir del 1 de enero de 2025, el salario mínimo se estableció en $23.604 pesos uruguayos mensuales. Esta cifra, aunque se anuncia como un incremento —en promedio, un aumento del 6% en comparación con el periodo anterior—, se ve inmediatamente afectada por una serie de descuentos obligatorios que reconfiguran lo que llega a manos del trabajador.

Principales descuentos e impuestos

  • Aportes a la seguridad social: Una parte significativa del salario se destina a contribuciones que sostienen el sistema de salud y pensiones.
  • Impuesto a las rentas de las personas físicas (IRPF): Dependiendo del tramo salarial, se aplica un porcentaje que reduce el salario neto.
  • Otros descuentos: Algunos contratos incluyen retenciones adicionales vinculadas a seguros o fondos específicos.

En conjunto, estos descuentos pueden restar entre un 20% y un 30% del salario nominal, lo que implica que el monto líquido que el trabajador percibe es notablemente menor al valor anunciado.

Impacto en el poder adquisitivo

Para muchos uruguayos, especialmente aquellos que ingresan al mercado con el salario mínimo, estos descuentos generan un escenario en el que el poder adquisitivo se ve comprometido. Esto es fundamental para la comunidad venezolana que se ha adaptado a sistemas económicos muy dinámicos:

  • Ajustes de precios y calidad de vida: El salario mínimo líquido debe ser suficiente para cubrir una canasta básica cuyo costo en Uruguay es elevado, lo que plantea desafíos diarios en términos de presupuesto familiar.
  • Comparación con otras economías regionales: Aunque Uruguay se destaca por tener el salario mínimo más alto en términos absolutos dentro de la región, el mayor costo de vida hace que el “efecto real” del ingreso sea, en ocasiones, inferior a las expectativas.

Una visión desde la experiencia

Después de más de diez años trabajando y viviendo en Uruguay, puedo afirmar que el debate sobre el salario mínimo es una constante en las mesas de discusión tanto de trabajadores como de responsables políticos. Se reconoce la necesidad de equilibrar la estabilidad del sistema de seguridad social con el anhelo de una mayor capacidad adquisitiva por parte de los ciudadanos. Para los venezolanos que se integran a este mercado, comprender cómo se estructuran los descuentos y prepararse para la realidad del costo de vida es un aspecto esencial en el proceso de adaptación.

En definitiva, aunque el salario mínimo en cifras nominales puede parecer atractivo, la carga impositiva y los descuentos obligatorios reconfiguran la realidad del “dinero en mano”. Aquellos que llegan a Uruguay deben informarse y planificar de forma rigurosa para lograr sostener sus finanzas personales en un entorno donde cada peso cuenta.

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